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Al considerarse milagrosa el agua del manantial que brota del Árbol Sagrado, se tomó la decisión de construir una fuente para que los peregrinos Al plantarse frente a la fuente, los peregrinos realizan plegarias y piden deseos, ya que se tiene la creencia que al ser milagrosa el agua, en ella habitan deidades las cuales lo pueden conceder.

Para que esto se cumpla los peregrinos deben pagar un precio de forma simbólica, después de pronunciar el deseo, deben arrojar una moneda a la fuente. El deseo entonces sería concedido por estas aguas milagrosas.